Vivimos inmersos en una Granada dónde, en los últimos años, el exceso de ruido se ha disparado. Aumento de terrazas, falta de control de horarios de terrazas, falta de control del propio ruido que se ocasiona, exceso de ruido en puertas de locales. Todo esto está haciendo que el derecho al descanso brille por su ausencia en nuestra ciudad.
La necesaria implementación de ordenanzas contra el ruido son necesarias de inmediato y no podemos permitir mirar hacia otro lado.
Desde el ayuntamiento se debe primar el poder descansar por encima del jolgorio, los cánticos, las risotadas, en fin, del exceso de ruido que se está viviendo en una Granada que debería primar el descanso y no convertirse en un magaluf.
No estoy en contra de la hostelería pero si en contra de los desaprensivos y caraduras que actúan contra la salud del granaino, sin mirar el daño que ocasionan.
Comentarios (11)
es un desastre.com